La clase media argentina, a raiz del conflicto con el campo, perdió su maquillaje progresista, si es que algo le quedaba. Su abrumadora oposición a las retenciones, sus afirmaciones y comentarios mediáticos, dejaron entrever todo su trasfondo reaccionario y conservador, con posturas muchas veces cercanas al racismo. ¿Cómo se entiende tanta oposición a una política que favorece a sus propios intereses, que defiende su bolsillo? Es una de las preguntas que me hago a menudo.
Trascribo aquí algo escrito por el cineasta Jorge Coscia, en el diario "Miradas al Sur", que explica algo que comparto y mucho:
..."Hay sectores sociales que, por ejemplo, se beneficiaron con el peronismo. Pero sin embargo, desde el punto de vista cultural, eran antiperonistas. Y lo eran en la medida de que el peronismo implicaba, no la exclusión de ellos, que estaban incluídos en el proyecto económico de un gobierno que fomentaba la industria y la producción, que abrió el camino a las clases medias y desarrolló el ascenso social. Pero curiosamente estos sectores beneficiados en lo económico eran enemigos en lo político y esencialmente en lo cultural. Porque lo cultural muchas veces determina que a un sector social no le importa tanto estar incluído, sino lo que le importa es la exclusión del otro. SE SIENTE DEZPLAZADO POR LA INCLUSION DEL OTRO. Uno podría llamar a esto de muchas maneras, desde racismo hasta alguna mala palabra. Pero fundamentalmente es un fenómeno cultural muy característico en la Argentina y creo que bastaría prender la televisión y ver qué se está diciendo hoy cuando se divide a la ciudadanía entre piqueteros y ciudadanos"...
Yo creo que es un muy buen análisis psicosocial. Es como que existiera una barrera infranqueable entre argentinos originarios y argentinos descendientes de inmigrantes. Una barrera llena de prejuicios contra el "negro", "villero", "piquetero", etc. Una barrera que se expresa claramente, cada vez que estos ganan la calle, traídos o venidos, pero en la calle y defendiendo sus intereses. "Los traen por un choripán", "que vayan a laburar", son solo algunas de las cosas que muestran la irritación de las clases medias. Algo que ya había pasado en otros momentos de la historia argentina cuando en épocas de Perón se tildaba a las masas obreras de "aluvión zoológico".
